Diariamente, las empresas toman la decisión de prescindir de los servicios de algunos empleados. Existen distintos tipos de despido, dependiendo de la situación que se presenta. Puede ser causado por el propio empleado o por razones mayores que afectan a la organización. Pero el afectado puede considerar que es una acción injusta, por lo que la ley permite que se impugne la decisión. Esto no asegura que un juez falle a favor del despedido, pero si le brinda una oportunidad para ser reintegrado a la plantilla.
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Riesgo de despido
Al ingresar al campo laboral, se debe mentalizar que hay un perfil que cubrir. Es este el que definirá la tipo de tareas que se deben desarrollar. Así mismo, incluye todas las aptitudes, capacidades y conocimientos con las que se cuenta para el desenvolvimiento de un cargo. Estos son algunos de los factores que permiten determinar que una persona está capacitada para ingresar a un determinado puesto de trabajo.
Si bien ya llevas tiempo dentro de una organización, pueden ocurrir momentos de altibajos. Estos a veces pueden llegar a influir en nuestro rendimiento laboral. Por eso, siempre va a existir un monitoreo o supervisión constante para corroborar que la productividad se mantiene alta. Y todos se están encargando de cubrir las tareas que les fueron asignadas.
Pero existen situaciones donde la persona baja su rendimiento, y eso conlleva a la decisión de despedirla. Aunque parezca injusto, la ley lo permite si afecta a la organización. Además, existen muchas otras razones por las que se puede dar un despido. Todo siempre pensando en el bienestar general de todos los que conviven dentro de la organización. Es por esta razón, que para evitar cualquier riesgo de despido, es necesario estar al pendiente de cumplir plenamente el perfil laboral. Sea cual sea la situación, cualquiera puede enfrentar a distintos tipos de despido.
El despido según las leyes
En la mayoría de las leyes, siempre se busca proteger la integridad de los empleados. Por esto es que se considera muchas veces que se encuentran favorecidos. Pero esto no quiere decir que no existan casos en que la prioridad sea proteger a las organizaciones. De por sí, la economía de un país se mueve a través de la presencia de negocios, compañías y otro tipo de entidades laborales. Es a razón de que sea necesario también protegerlas a estas.
Se han visto casos de despidos injustificados, pero también se ha presentado situaciones donde la integridad de la organización es la que está siendo afectada. Estos casos en específicos, son los que llevan a favorecer ciertos despidos, pensando en la estabilidad del resto de los empleados. Es aquí donde las leyes pasan a favorecer a la entidad, aunque ofreciendo indemnizaciones y cierta protección al recién desempleado. Durante un despido, el Estado debe tomar en cuenta el bienestar de la persona.
Tipos de despido
Existen muchas razones por las que se puede estar en riesgo de despido. La organización siempre estará al pendiente de la labor que realizan sus empleados. De aquí toman la decisión para proceder al despido de un empleado. Por lo que no solo la empresa debe verificar como es su desempeño. La misma persona debe tratar de verificar qué tan bueno es su desempeño y mejorar su productividad. Aunque esto no lo exime de quedar fuera de la entidad. Lo mejor es conocer los tipos de despido a los que se puede enfrentar:
Despido objetivo
Para este caso, la organización determina las razones por las cuales está realizando el despido. Se contempla situaciones de bajo rendimiento laboral, el empleado no cumple con el perfil laboral, o se ha reducido la productividad. También son válidas las situaciones donde se realiza cambios en la estructura organizativa de la entidad o razones económicas. Si existe alguna causa mayor con la que se pueda explicar el despido, y es justificable, entonces también es válida.
Despido disciplinario
Por lo general, uno de los despidos más comunes es el disciplinario. Aquí, la empresa debe demostrar que el empleado no cumple con el perfil. Esto no solo se trata de que no esté capacitado para realizar las tareas asignadas a su cargo. También se toma en cuenta la actitud y comportamiento dentro del entorno laboral, así como con los compañeros. Se considera como razón de despido la impuntualidad, irresponsabilidad y la indisciplina.
Despido colectivo
En el momento en que un despido afectada a un gran número de empleados que laboran en la organización, pasa a denominarse despido colectivo. De darse esta situación, deben existir razones sólidas y con base para que se tome esta decisión. Se considera este tipo de despido siempre que afecte al 10% de la plantilla de empleados registrados.
Impugnación de un despido
De la misma manera en que una empresa puede despedir a uno o varios empleados, el o los afectados pueden considerar que esta acción es injustificada. Para este caso, se considera necesaria la intervención de un juez. A partir de aquí, se conocen tres procesos o tipos de despido, donde se determinará la validez del mismo:
Despido procedente
El momento de realizar un despido, la organización debe indicar las razones por las que este fue realizado. El juez analizará la situación, y en caso de que todo esté dentro del marco de la ley, falla a favor de la entidad. Si está contemplado según el caso que se presente, se pagará la respectiva indemnización.
Despido improcedente
Si las razones indicadas por la organización no tienen validez según es juez, se fallará a favor del despedido. También se considera improcedente si no se siguió el protocolo adecuado para realizar el despido. Este proceso debe ser realizado según lo que se estipula en las leyes. La persona afectada será indemnizada por 33 días por año trabajado hasta con un máximo de 24 mensualidades.
Despido nulo
Cuando las razones ofrecidas por la entidad son discriminatorias o injustificadas, automáticamente pasa a considerarse un despido nulo. En tal caso, la persona debe ser reintegrada a la plantilla en un plazo máximo de tres días. Y si se trata de víctimas de acoso o violencia de género, pueden decidir entre reintegrarse o una indemnización.
El paro tras el despido
Una vez que una persona recibe una carta de despido, puede hacer solicitud de paro. Esto se refiere a recibir prestaciones por desempleo. Solo es posible recibirlas si se han realizado cotizaciones correspondientes, y se encuentra desempleado. Y es que, tras ser despedida, la persona pasa a estar legalmente desempleada.
Para proceder a la solicitud del paro, se debe contar con el certificado de empresa. En este se especifica la razón por la que terminó la relación laboral. Y la oficina de empleo toma esto en cuenta para realizar el pago correspondiente. En los casos en que el empleado haya dimitido, no tiene derecho a solicitar paro.